Publicado originalmente en Teología Sin Nombre, julio 2008; republicado en Pastor Juvenil, diciembre, 2008.
Esta reflexión teológica tiene como objeto un estudio breve y general de la cultura urbana juvenil en República Dominicana partiendo del método del círculo hermenéutico de Juan Luis Segundo.
Ramón De la Rosa y Carpio señala que uno de los elementos que ha marcado la pastoral católica dominicana desde Medellín 1968, ha sido el método ver, juzgar y actuar. Existe preocupación en cuanto a la evangelización de la “nueva cultura”, que resulta del fenómeno de la globalización, así como por el lenguaje y vida de los jóvenes.[1]
Ante la crisis de los movimientos barriales organizados que recientemente se ha venido percibiendo, ha aumentado dramáticamente la violencia en los barrios de las ciudades, perpetrada esta en su mayoría, por jóvenes y adolescentes que a temprana edad se inician en el negocio armado del tráfico de drogas.[2]
Los jóvenes de hoy ya no encuentran dentro del barrio el sentido de sus luchas ni el fortalecimiento de sus sueños.[3]
Los clubes deportivos y culturales constituían otro espacio importante en materia de concientización política, participación y de recreación en los barrios (Ceballos, 1995), con la particularidad de que luchaban en contra del consumo de drogas (Cassá, 2001).[4]
Ha habido en muchos casos ruptura del lazo comunitario que en épocas anteriores gozaba el joven, en donde este era “cuidado”, no sólo por su familia, sino por los vecinos cercanos, y estos, a su vez, por las juntas de vecinos.
El bastón de este “lazo” ha pasado ahora a las pandillas o naciones, que son microsociedades mercadocéntricas (Ceballos), que infunden el terror aún a los mismos vecinos de sus mismos sectores.
A ese respecto, señala atinadamente Ceballos:
En los últimos años se nos ha vendido la imagen de que los jóvenes son los responsables del actual auge de la violencia, la delincuencia y la inseguridad ciudadana. Pero no se habla de todo joven. Se habla del joven empobrecido, aquel que vive en el barrio marginalizado de la ciudad. Él es nuestro enemigo. De “actor social -rebelde sin causa” (Passerini, 2000, p. 441) en décadas pasadas, el joven ha pasado a “ladrón sin culpa: delincuente: revoltoso”, otra especie de rebelde sin causa. En términos barriales dominicanos, de “tíguere: joven astuto, inteligente, y hasta protector del barrio”, se ha convertido en “tíguere: joven ladrón, del bandidaje, vendedor de drogas, que ha causado—provocado—y que daña la imagen del barrio” y que es el temor de las y los moradores. “Resulta urgente ‘deconstruir’ el discurso que ha estigmatizado a los jóvenes, a los empobrecidos principalmente, como los responsables del deterioro y la violencia.…” (Reguillo Cruz, 2002, p. 46).
¿Qué ha pasado con los jóvenes de hoy en día en República Dominicana? Ya no se los ve en luchas universitarias reclamando sus derechos, ya no se aprecia su pluma revolucionaria como en la década de los ‘70s. ¿Dónde están aquellos líderes juveniles comunitarios que con sus marchas y campañas elevaban la conciencia de los mayores en los barrios?
Nuestros jóvenes de hoy en día son expuestos a un bombardeo mercadológico intenso (más-es-mejor), con una domesticación que es dada por la sociedad masificada de los medios de comunicación (Dussel) y una estrechez y la ‘falta de espacio’ físico que lleva a un misticismo isleño-interiorista.
De modo que el joven de nuestros días asocia su identidad con lo último, desligándolo de lo próximo (proximidad familiar). Esa avalancha de información lleva al mozalbete pobre a corromperse en negocios organizados –naciones, pandillas- dedicados al robo o venta de drogas, con el fin de proximizarse a lo último, ya que la presión social actúa desde fuera-hacia-dentro y este piensa que debe responder de la misma manera (dentro-hacia-fuera).
En esta breve reflexión dilucidaremos el tema que nos ocupa a través de los tres momentos del círculo hermenéutico: ver, juzgar y actuar, a partir de la mediación socio-analítica, la mediación hermenéutica y la mediación práctica, respectivamente.
1. Compromiso: involucramiento
Estudiar a fondo la cultura juvenil de República Dominicana; involucrarse en las actividades culturales comunitarias. Conocer la jerga, lenguaje y gustos de los jóvenes; apoyar presencialmente el alcance que las comunidades eclesiales de base hacen en cuanto a ese segmento de edad.
2. Mediación socio-analítica: captación
En el estudio de la cultura urbana juvenil de República Dominicana, se han encontrado los siguientes rasgos:
1. Soledad y alienación
Señala atinadamente Ernesto Rodríguez (1996) que la exclusión juvenil se manifiesta en términos de carencias en su calidad de actor social y en términos de participación social y política.[5] Esto conlleva a un ahondamiento de una soledad y un vacío existenciales que buscan encontrar en “familias colaterales” como círculos de amigos, pandillas, ‘naciones’ o en un mundo imaginario-platónico.
La socialización juvenil dentro de la familia, es un fenómeno que ha venido desinflándose en las últimas décadas,[6] debido entre otros factores a la desintegración progresiva de la familia y al aumento progresivo de la jefatura femenina de hogar, que ha venido a cambiar los roles de género sin un marco sociológico que lo sustente.
La alienación juvenil discurre en forma de cinismo, individualismo y la cultura de ‘auto-servicio’ (Twenge), dada por el driven-thru, que pudiéramos definir como la abolición de la voluntad propia del joven por parte de figuras paterno-maternales sobreprotectoras.
2. Agresividad y cultura de violencia
Basta con caminar por las calles de Santo Domingo, y uno se dará cuenta de la agresividad de la gente. Las maledicencias e imprecaciones de choferes y peatones, la falta de espacio, los constantes repiques de bocina (¡ya cambió a verde!), denotan una cultura de violencia reprimida: violencia estructural, violencia física, violencia, violencia social. Todos estos elementos están en contra del individuo, empujándolo bajo el mecanismo de la presión social.
En los jóvenes esto tiene un efecto devastador, ya que tienen que lidiar con una sociedad que les da la bienvenida con una bofetada de “ser el más fuerte” y la cultura de el “llegar primero”.
3. Ideas distorsionadas
Existe ahora una individualidad rampante, que se manifestado por la asimilación de los nuevos patrones que ahora se presentan debido al advenimiento del poscolonialismo. Estos han llevado a una ruptura con los lazos familiares de protección, unido esto a una aguda crisis en los proyectos colectivos comunitarios, que ha llevado a los jóvenes a dejar de lado patrones culturales y familiares adscritos.
Fenómenos como el pluriempleo han creado ‘dos mundos’ en una misma casa, y dos realidades completamente diferentes en muchos casos. Esto crea muchas ideas distorsionadas en los jóvenes, que no lograr relacionar con la ruptura de la que son parte.
La juventud de hoy es ‘domesticada’ en la sociedad masificada de los medios de comunicación (Dussel). Esto viene dado por la dominación tautológica totalitaria por parte de los padres y las estructuras, que engulle la identidad propia del joven (cadena alimenticia).
4. Continuación del modus vivendi del machismo
En América Latina el machismo tiene su origen desde los tiempos de la Conquista. El varón conquistador, encomendero, mancillaba a la india pobre de las periferias, mientras le exigía castidad a su mujer. De modo que en adición a la violencia física que sufría la india, se esgrimía una violencia social contra el varón indio al quitarle su mujer.
De ahí se desprenden las disoluciones maritales, que en República Dominicana alcanzan niveles elevados en relación al resto de América Latina.[7]
Un elemento importante a señalar es la conformación de nuevas ‘masculinidades’ y ‘feminidades’ que tienen su razón en factores como el aumento de la migración, creando a su vez nuevos tipos de familias –transnacionales-.[8]
5. Atracción de ‘lo prohibido’
Por el sólo hecho de representar transgresión a los patrones establecidos, muchos jóvenes se entregan al hedonismo. A ellos les resulta gratificante romper con los esquemas, toda vez que se sienten amos y señores de sus destinos, “sin un gobierno, una familia o un gurú a quien rendir cuentas”.
6. Necesidad de supervivencia
Con tantos factores en contra, muchos jóvenes dominicanos optan por echar sus vidas a perder. Como ya la consideran muerta, se entregan en una carrera sin freno a pasiones y estilos de vida desenfrenados, regidos por patrones establecidos por la cultura masificada de los medios de comunicación y la tremenda presión social que sienten.
Cuando no pueden más y no encuentran una mano amiga, terminan en el suicidio o en la completa exclusión social en los barrotes de una prisión, o de la vida.
3. Mediación hermenéutica: juicio de valor
Relato del joven levita Jonatán, hijo de Guersón, en Jueces 17
1. Redención de la juventud: Un joven levita llega a ser padre espiritual y sacerdote de una familia. La consagración a Dios, apartada de una vida de pecado (yywl, Leviyiy, “unido a”), es la base para la redención del joven individuo.
2. De una familia a una nación entera: el joven levita Jonatán es proclamado padre espiritual y sacerdote de la errante tribu de Dan en Jueces 18. De ser sacerdote de un pequeño clan, se convierte en el sacerdote de un gran pueblo. El carisma y chispa liderazgo juvenil impulsa a otros a conseguir sus objetivos y lograr el sueño anhelado de una identidad propia y una sociedad cohesionada.
4. Mediación práctica: la praxis liberadora
1. Redefinir los valores históricos de la juventud adecuándolos al contexto social contemporáneo
1.1 Incentivar una pedagogía comunal, en donde maestros sean ‘facilitadores’, no ‘segundos padres’.
1.2 Trabajar en pos de una cultura de ‘hombre comunitario’ dirigida a rescatar a los hombres silentes en el hogar, a aquellos que se han ido, o a devolver una cultura de ‘almuerzo en casa’: identificación con los juegos de los niños y gustos de los jóvenes.
1.3 Redefinir la percepción del contexto vivencial (sitz im Leben) en cuanto a la jefatura de la mujer en el hogar, fenómeno que ha venido creciendo desprovisto de un marco sociológico capaz de reducir el trauma en el cambio de géneros de rol que esto conlleva.
2. Fomentar un diálogo intergeneracional, intercultural e interreligioso en los jóvenes
2.1 Trabajar en pos de reducir a su mínima expresión el efecto látigo, mediante el empoderamiento o creación de comunidades barriales identificadas con la familia, los jóvenes, la sociedad y la cultura.
2.2 Accionar por una iglesia más plural y proactiva en cuanto a su praxis comunitaria.
2.3 Establecer nexos entre los mayores y los jóvenes a través de actividades comunitarias como kermesses, ferias, torneos, conciertos y festivales.
3. Por una transición intencional al cambio de rol dentro-hacia-fuera
3.1 Apoyar y dirigir seminarios sobre identidad cultural, identidad dominicana, cultura social y urbana, arte, deportes dentro del contexto comunitario.
3.2 Empoderar a aquellos potenciales líderes de clubes y grupos a que sean líderes en sus vidas dentro del contexto familiar.
3.3 Incentivar a aquellos potenciales artistas, trabajadores, voceros a reflejar sus logros en impartir talleres a otros compañeros como ellos.
Hacia una teología de la cultura urbana en República Dominicana
¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra.
Salmo 119:9 (NVI)
La Iglesia en República Dominicana ha estado rezagada por mucho tiempo en cuanto a abordar y afectar positivamente y con eficacia a la cultura urbana juvenil.
Se ha dicho que el Evangelio “es para viejos”, significando que aquellos que buscan a Dios lo hacen después de haber pasado un sinnúmero de sinsabores en la vida, o peor aún, llegan a las puertas de las iglesias después de haber “hecho y deshecho” con sus y las vidas de otros lo que han deseado.
Es posible un cambio. Pero ese cambio debe venir desde dentro: desde la misma iglesia. Deben cambiarse los métodos, la forma de enseñanza y el abordaje religioso que se lleva a cabo actualmente.
Notas
[1] Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. (V, 2007, Aparecida). Intervención Conferencia Episcopal de República Dominicana.
[2] Ceballos, Rita. Estudio sobre la violencia en los barrios empobrecidos de Santo Domingo: relevancia de la educación en la prevención de la violencia. Santo Domingo: Centro Cultural Poveda, 2006. p. 43.
[3] Ceballos (Ibid., p. 45).
[4] Ibid. (Citado en Ceballos p. 45).
[5] Rodríguez, Ernesto. Los jóvenes y la violencia urbana en América Latina y el Caribe: dimensiones y particularidades de un fenómeno complejo y desgarrador. Montevideo, 1996. p. 11
[6] Ibid. p. 12
[7] García, Brígida; Rojas, Olga. Las uniones conyugales en América Latina: transformaciones en un marco de desigualdad social y de género. Brasil, 2001 (Citado en La jefatura femenina de hogar en República Dominicana. Santo Domingo: Oficina Nacional de Estadística, Unidad de Investigaciones, 2007. 28 p.)
[8] Arriagada, Irma. Políticas sociales, familia y trabajo en la América Latina de fin de siglo. Serie Políticas Sociales No.21. Santiago: CEPAL, 1997 (Citado en Jefatura femenina… -ONE-).
Bibliografía
Boff, Leonardo; Boff, Clodovis. Cómo hacer teología de la liberación. Madrid: Paulinas, 1986. 132 p.
Ceballos, Rita. Estudio sobre la violencia en los barrios empobrecidos de Santo Domingo: relevancia de la educación en la prevención de la violencia. Santo Domingo: Centro Cultural Poveda, 2006.
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. (V, 2007, Aparecida). Intervención Conferencia Episcopal de República Dominicana.
Dussel, Enrique. Historia de la Iglesia en América Latina: medio milenio de coloniaje y liberación (1492-1992). 6ta. ed. Madrid [etc.]: Mundo Negro-Esquila Misional, 1992. 483 p.
Fernández, Víctor Manuel. «Diario de Aparecida». Criterio. Núm. 2327. Buenos Aires: [s. n.] (junio 2007).
La jefatura femenina de hogar en República Dominicana. Santo Domingo: Oficina Nacional de Estadística, Unidad de Investigaciones, 2007. 28 p.
Morel, Edmundo. «En la antesala de los 500 años, notas desde Santo Domingo». Nueva Sociedad. Núm. 120. Buenos Aires: Fundación Foro Nueva Sociedad (julio-agosto 1992).
Núñez, Emilio. Teología de la liberación: una perspectiva evangélica. 3ra. ed. San José [etc.]: Caribe, 1988. 266 p. ISBN 0-89922-242-0.
Rodríguez, Ernesto. Los jóvenes y la violencia urbana en América Latina y el Caribe: dimensiones y particularidades de un fenómeno complejo y desgarrador. Informe de Consultoría elaborado a pedido de la UNESCO. Red INFOJUVE de Información sobre juventud. Montevideo, 1996.
Twenge, Jean. Research areas and selected publications. San Diego State University, Department of Psychology. http://www.psychology.sdsu.edu/new-web/facultystaff/twenge_res-pubs.html. Visitado el 29/02/2008.